Las fuentes y la información

Notas de espectáculos, lanzamientos de productos, propaganda de gestión de algunos funcionarios, suelen ser presentadas como si se tratara de información surgida de la iniciativa periodística, pero que en realidad son el resultado de una eficiente gestión de los departamentos de prensa o de consultoras de RRPP. Para un plan de comunicación es en apariencia auspicioso que se publique textualmente el material producido por la fuente, o que el periodista invitado a un evento o a formar parte de una comitiva haga el reporte de la circunstancia, sin consultar fuentes alternativas a la fuente impulsora de la novedad. La reflexión recientemente publicada por el maestro Javier Darío Restrepo plantea algunos aspectos desde la perspectiva periodística que devela las cuestiones éticas involucradas en una simple invitación de una fuente.

Consulta [1078] del Consultorio de ética de la Fnpi.

“Independencia”

La práctica más ejemplar en esta materia es la de los medios de comunicación que rechazan toda clase de invitaciones o de favores provenientes de las fuentes. Al imponerlo así, el medio preserva la independencia del periodista, su propia credibilidad y el acceso libre de los periodistas a la verdad de los hechos, de las instituciones o de las personas. Cuando, a pesar de lo anterior, aceptan esas invitaciones, los editores y sus periodistas dejan aclarado que van como periodistas y no como relacionistas o como propagandistas. Esa situación, sin embargo, genera situaciones de difícil manejo para el periodista y para su medio ya que quien invita suele esperar una retribución a su esfuerzo económico. Por eso es de alta conveniencia práctica definir unas claras reglas de juego cuando se acepta esta clase de invitaciones.

Debe tenerse en cuenta, además, el impacto sobre los receptores de la información para quienes será difícil aceptar que la información de un periodista invitado con gastos pagos pueda ser independiente. De todos modos siempre será necesario que se advierta a los receptores que el periodista viaja por invitación de la entidad, persona o empresa sobre la que se informa. La experiencia de noticieros y periódicos demuestra que informativamente tiene una débil justificación el cubrimiento de esos eventos y que la intención detrás de esas invitaciones es propagandística, antes que informativa; por tanto, el medio nada pierde si las rechaza. En cambio cuando hay de por medio una información de importancia, ganan la independencia y la calidad profesional si el medio de comunicación asume los gastos de su cubrimiento directo.

Documentación:

Los periodistas de El Tiempo no pueden aceptar descuentos, préstamos o atenciones que procedan de una fuente de información y que constituyan regalos monetarios disfrazados. El Tiempo tiene como política pagar los gastos de viajes para el cubrimiento de hechos noticiosos. Cuando por alguna razón esto no sea posible y haya de por medio una invitación que incluya gastos de viajes, hospedajes y viáticos, esta situación debe ser puesta en conocimiento de las directivas de la Redacción y solo podrá ser aceptada con su expresa autorización. Antes de publicarse, toda información que emane de este tipo de invitaciones, tiene que ser consultada y aprobada por las directivas de la Redacción y en todos los casos debe advertírsele al lector que se trata de una invitación. [Manual de Redacción de El Tiempo de Bogotá, a 10216 y 10217].

Costeamos nuestros propios gastos. No aceptamos regalos ni dádivas de parte de las fuentes de información. No aceptamos viajes gratis. No aceptamos ni aspiramos a tener un tratamiento preferencial que se nos podría conceder debido a la posición que ocupamos. Las excepciones a la norma de no aceptar regalos son pocas y obvias. Las invitaciones a comer, por ejemplo, pueden ser aceptadas cuando son infrecuentes y candorosas, pero no cuando se repiten y su propósito es deliberadamente especulador. Tenemos prohibido aceptar entradas gratis a cualquier acontecimiento que no es gratuito para el público. Las únicas excepciones son las ubicaciones que no se venden al público, como los palcos de prensa. Cada vez que esto sea posible, se tomarán las medidas del caso para pagar las entradas [De El Código de Conducta de The Washington Post].

Está absolutamente prohibido a los profesionales de La Nación aceptar ningún tipo de retribución ajena por haber participado en cualquier forma en la publicación de una noticia, un aviso, una colaboración, etc. Los redactores suelen ser invitados a viajar al extranjero, sea para cubrir informaciones que se producirán durante el viaje o en su destino, o ya para exposiciones, festivales, etc. En todos los casos las invitaciones serán dirigidas a las autoridades que, según las conveniencias y necesidades, designarán al periodista que viajará. [Del Manual de Estilo de La Nación, de Buenos Aires].